Fluir... ¿Pa'donde?

 

Hola humanos,


¿Cómo van esas declaraciones de la renta?
(A muchos este año nos ha salido a pagar... o casi).

Siempre he sido una buena contribuyente, pero cada año noto más cómo el Estado se convierte en una aspiradora emocional y financiera. ¿Vosotros también habéis notado la subida de impuestos? Llevo haciendo la declaración desde hace 15 años y nunca vi los IRPF tan altos. Parece que cuanto más trabajas, más te sangran.

Pero tranquilos: hoy no vengo a hablar de Hacienda. Que no somos todos.
Vengo a hablar de esa otra cuenta que no cuadra: la del tiempo.


Tener 30 y no tener nada claro

Cumplir 30 es raro.
Estás en esa edad liminal donde:

  • Tus amigos ya se están casando.

  • O están teniendo hijos.

  • O han invertido en un inmueble.

  • O han empezado a hacer yoga, terapia y pan de masa madre.
    Y tú ahí,  estudiando, trabajando o mirando tu carrito de Amazon con una lámpara de lava y unas gomas para hacer ejercicio.

Entonces llegan las dudas silenciosas:
¿Voy en el camino correcto? ¿A la velocidad adecuada?

No lo decimos mucho en voz alta, pero la mente se pone intensa. Te preguntas si es normal estar así, si todo el mundo está improvisando o si tú eres la única persona sin un GPS vital.


Lo que antes era claro, ahora es niebla

Nuestros padres tenían una hoja de ruta:
💍 Conocer a alguien → 🏡 Comprar casa → 👶 Tener hijos → 🪙 Pagar hipoteca → 🧓 Jubilarse.
Ahora todo eso suena como un anuncio de Nocilla de los 90.

Muchos dicen que esos ritos están obsoletos.
Que hay nuevas formas de vivir, nuevos modelos.
Y quizás es verdad. 

Pero la sensación de estar perdido sigue ahí, flotando como un archivo sin guardar. Y uno va llenándose de preguntas día a día. Preguntas que a veces no tienen respuesta. No todavía.

Y a veces, esos ritos arcaicos que sonaban rancios y desfasados, pasados los 30 empiezan a verse de otro modo, bajo otra luz. Apetecen, pero ya uno no sabe si es por la cultura, si es por la persona que has encontrado, o de donde surgen esos nuevos deseos. 

Otra veces, te planteas si la vida que elegiste es la correcta, si no te estarás boicoteando una y otra vez, huyendo de una realidad que te atormenta enfrentar. 

¿Amor o presión social enmascarada?

¿Es libertad o miedo al compromiso?
¿Quieres compartir tu vida o estás buscando compañía porque no sabes estar contigo?

Ah.... preguntas, preguntas.

Pero hoy el mantra para combatir es estas preguntas es:

"Tú no te preocupes, fluye"

Maldita expresión típica de esta sociedad líquida (si os interesa leer a Zygmunt Bauman)

Que sí, que fluir está muy bien, muy mindfulness, muy "no te apegues ni te rayes por nada". Pero la vida, para poder ser vivida, necesita de vez en cuando una isla de tierra firme para descansar.
A ver quién es el chulo que aguanta todo el día en remojo. 


Ritos, estructuras y la era del fluir

Y aquí entra el tema de los ritos.

Antes había una secuencia. Ni perfecta ni universal, pero bastante clara. Y cada etapa venía con su ceremonia: la comunión,  la primera borrachera legal, la boda, el bautizo del hijo, la hipoteca a treinta años eran ritos que te acercaban a la adultez.

Antes te daban un anillo, ahora la clave del Netflix. Y la verdad.... no es lo mimo, pero oye, el amor también evoluciona, o eso nos dicen. 

Bienvenidos a la era del fluir. Como si todos fuéramos pequeños arroyos existenciales, danzando por ahí con el mantra de "yo me dejo llevar". Pero llevar.... ¿a dónde? ¿Hacia quién? ¿Con qué brújula?

Zygmunt cree firmemente que vivimos en una sociedad líquida. Y sí, suena muy moderno, ecológico y fluido. Pero también ¿Cómo sostienes el agua sin recipiente alguno?

Tal vez hemos confundido libertad con evasión. Tal vez no estamos siendo más libres, sino más miedosos y asustadizos. Tal vez no es que los ritos fueran opresivos... es que requerían una cosa que escasea hoy en día: valentía. La de elegir. 

Hoy nos dan miedo los pasos. Así que nos quedamos en la antesala. 
Eternos cachorros con apps de meditación, y hobbies deportivos que no dejan de crecer.
Yoga, cerámica, surf, ayuno intermitente, crossfit, trail, running, pádel. acuagym con tu perro o apnea estática emocional....
(La meditación guiada es para poder gestionar la ansiedad que nos genera tener tantas opciones)

Todo muy conectado con el yo... pero desconectado de los demás.

Porque claro, así se vive más cómodo. Pero también más solo. Más sin mapa.

¿Perdido? Viviendo.

Puede que no tengas casa, ni plan a cinco años, ni idea de si quieres hijos, un perro o una furgoneta camper. 

Puede que tu cuenta bancaria no esté tan sana... tampoco tus articulaciones.
Pero estás aquí. Viviendo. Explorando. Dudando. Recalculando. Y eso también cuenta.

Quizás el mapa no está desdibujado, se dibuja y colorea mientras caminas.

Al final, no se trata de tenerlo todo claro.
Sino de seguir caminando aunque el mapa todavía esté en blanco.

Porque siempre hay caminos para elegir, eso sí, con valentía. 


P.D: este post no desgrava pero igual consuela. O al menos no duele como Hacienda.





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