Personas de mierda

 Hola humanos! 

Sé que hace poco que pasé por aquí pero hoy durante una buena charla salió un temazo para un nuevo post. Y es que me dejaba yo de hablar de las personas de mierda. ¿Y quiénes son esas personas? ¿Cómo podemos detectarlas? En este post vamos a analizar algunas claves para esquivarlos, o en el peor de los casos detectarlos y catapultarlos bien lejos, allí donde pertenezcan.

Primero, dejemos algo claro: todos hemos tenido momentos de ser un poco “mierda”, no nos hagamos los santos. Pero aquí hablamos de personas cuya esencia parece hecha de esa sustancia pegajosa e indeseable que arruina la fiesta y hacen que uno no quiera compartir ni el aire con ellas.


Nuestra vida es un jaleo de relaciones: la familia en la que nacemos ( esas relaciones primarias que a veces ni sabemos por qué existen), los amigos que vamos acumulando (relaciones secundarias), y otras personas bonitas que aparecen y desaparecen como por arte de magia en cada etapa. Todos tienen diferentes niveles de profundidad, claro.  

Es una suerte crecer en una familia que más o menos funcione, aunque no siempre estén unidas todas las partes, basta con que estén los buenos para sentir que tienes un refugio. Y también  es una suerte rodearte de amigos que quieres como de tu propia sangre, que han estado en las buenas, en las malas, y aunque cambies, siguen ahí. Fieles como pocos.

Pero, atención, que en todos los grupos hay al menos uno que te sale rana, ese amigo turbio, o ese familiar que vive en su mundo egoísta mirando el ombligo y que yo, sin más, llamo personas de mierda.

Son personas que rozan la sociopatía o sufren de individualismo agudo; erráticas, vacías de espíritu… vaya, que parecen no tener alma.  Mientras lees esto seguramente pasarán dos cosas: 1) te irán viniendo a la mente tus propias personas de mierda, 2) te darás cuenta de lo mierda de persona que eres. 

Tranquilos, en ambos casos, perfecto: puede establecerse un escenario precioso porque el cambio empieza cuando reconoces el problema (a un lado y el otro).

¿Cómo identificar a las personas de mierda?

Estas joyitas no siempre llevan un cartel de “advertencia” (ojalá). A veces se disfrazan de cercanas, simpáticas o incluso de víctimas, pero su esencia es tóxica y su impacto negativo, evidente. Aquí algunas señales para detectarlas:

- Son egocéntricas de manual: Todo gira en torno a ellos. Sus problemas tienen una importancia que no tendrán jamás los del resto. 

- Son críticas destructivas: No te brindan ni soluciones ni apoyo (ni emocional ni de ningún tipo), no te ayudan ni con una sonrisa, solo arrojan críticas o cuestionamientos que no aportan, sino que desaniman. Una suerte de comentarios cabrones para bajarte la moral.

- Son manipuladoras emocionales: Saben hacerse los suavones, saben usar la palabra para prometer y dar la falsa sensación de que están, sin embargo solo son eso, palabras.

- Son ausentes selectivos: Solo aparecen cuando necesitan algo o en situaciones buenas, pero en los malos momentos no les ves el pelo. Desaparecen cuando más los necesitas.

A lo largo de mi vida, en mi entorno inmediato he visto desfilar a todo un elenco de estos personajes dignos de un reality, pero sin cámaras que los graben para hacerlos famosos (por suerte). Ahí van algunos ejemplos con los que seguro más de uno se sentirá identificado:

  • Está el egoísta profesional que aprovecha cada buena intención familiar como si fuera un buffet libre, pero nunca ofrece ni una miga de vuelta.

  • El que abandona a sus hijos por un amorío pasajero, como si los niños fueran accesorios descartables de una temporada.

  • Ese que solo aparece el día de tu cumpleaños y te lanza un par de llamadas esporádicas justo para limpiar su conciencia de mierda, como si con eso ya hubiera cumplido su cuota anual de humanidad.

  • El hermano que jamás muestra un ápice de apoyo emocional, pero que es capaz de “hacerse el solidario” y recoger el papel de la intervención quirúrgica de su hermana, solo para sacarse tres días de fiesta en el trabajo.

  • El amigo fantasma que desaparece cuando te ataca una enfermedad o cuando la vida se tuerce, como si la amistad tuviera fecha de caducidad.

  • Y, por supuesto, los familiares que se pierden absolutamente todos los momentos decisivos, como si vivieran en otra dimensión o simplemente no les importaras.

Además, están esos colegas que se creen tus confidentes, pero que al menor problema sacan a relucir tu peor versión en cada esquina, como si fueran periodistas del cotilleo.

En fin, el desfile es largo y el espectáculo no siempre es agradable, pero reconocer a estas personas es el primer paso para mantenerlas bien lejos de tu mundo.


¿Y qué hacer cuando detectas a este espécimen?

No siempre es fácil poner límites, pero es fundamental para preservar tu bienestar y no volverte loco. Aquí algunas ideas:

Yo te diría que las mandes a la mierda sin anestesia. Pero pensándolo mejor, eso sería lo fácil (ni eso se merecen).

Así que mejor, aquí te dejo algunos consejos para lidiar con ellas sin perder la cordura:


  • Pon distancia: No tienes que ser grosero ni dramático, simplemente protege tu espacio y energía.

  • No intentes cambiarlos: La persona de mierda rara vez quiere cambiar; lo mejor es aceptarlo y alejarte.

  • Cuida tu diálogo interno: No permitas que sus comentarios te hagan dudar de ti mismo, ni creer que la humanidad se va a la mierda. Porque existen personas terriblemente bellas que nos recuerdan que no todo es el tiempo, sino que a veces prima la calidad.

  • Busca apoyo: Rodéate de personas que te valoren y te aporten alegría. Esos son los buenos.



Para terminar

La vida es un viaje lleno de encuentros, y no todos merecen quedarse en nuestro camino. Aprender a detectar y alejar a las personas de mierda no es solo un acto de supervivencia emocional, sino un gesto rotundo de amor propio. Así que, por favor, no te sientas culpable por poner límites y elegir bien con quién compartes tu tiempo.

Y por hacer el esfuerzo de no ser del todo crueles, también podemos lanzarles una lanza... pero sin mucha puntería. Al fin y al cabo, no dejan de ser pobres diablos emocionales, atrapados en una espiral de egoísmo mal digerido. Un poco de compasión por favor, porque las personas de mierda son los verdaderos discapacitados de nuestras sociedades. Personas que van por la vida vendiendo discursos ideales que ni ellos compran, incapaces de sostener vinculos reales porque no saben querer ni un cactus. 

A veces, si me pilla el día sensible, hasta pena me dan. Por suerte, se me pasa rápido.


Recuerda: Nadie tiene derecho a ocupar tu espacio si no aporta luz a tu vida.

Al fin y al cabo, mereces rodearte de personas que sumen, que te inspiren y que te quieran tal y como eres. 

Con mierda incluida, sí. Pero de calidad. De esa que sirve para el compost.

Y para que no se diga que no terminamos con filosofía, parafraseando a uno de mis filósofos preferidos: Friedrich Nietzsche:  las personas no son perfectas, pero merecen ser amadas por lo que son (los hechos), no por lo que aparentan (las palabras).


Cuidaros mucho y, entre tanto estrés, parad y echad unas risas.







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